Regreso a Delhi

La capital india era el principal puerto de entrada de los turistas al pais. Para el visitante novel suponia un duro golpe observar la estampa tras salir del aeropuerto para tomar un taxi: el contraste respecto a su lugar de origen era brutal.

Sin embargo, ya no era su primera visita a Delhi. A pesar de que esperaba temoroso la vuelta a aquella inmensa ciudad, a los nudos viarios que rodeabana un urbanismo sin sentido de casas hacinadas, le resulto extranyamente familiar. El trafico seguia siendo horrible, el ruido insoportable, las aglomeraciones presentes en cualquier punto... pero perdian su impacto inicial, ya no resultaba novedoso, ya no se mostraba imponente.




Dani contacto con una amiga que habia conocido en Madrid, cuando ambos hacian un curso para optar a una beca que les permitiera trabajar un anyo en el extranjero. El no la consiguio. Ella si, y su destino fue Nueva Delhi. La asturiana llevaba apenas un par de semanas en India, igual de impactada que cuando los turistas llegaron a aquel lugar. Cuando Dani le dijo que iba a estar en Delhi, no dudo en ofrecerles cobijo a los dos barceloneses. De este modo, en cuanto se apearon del autobus que los habia acogido (o retenido) durante 44 horas y una vez hubieron acallado a su estomago, que insistentemente exigia un plato de comida, se dirigieron hacia Hauz Kass Market, barrio en el que iban a pasar unos dias.


El contraste no podia ser mayor. Delhi cobro un nuevo matiz cuando, ante sus ojos, encontraron una zona residencial, con calles asfaltadas y arboladas, chalets a ambos lados, amplias zonas ajardinadas, porteros y guardias en cada recinto y... sin ruido! Un oasis en la ciudad! No estaba lleno de coches, el silencio no estaba contaminado por el estrambotico pitido de los claxons, cuando los pulmones se ensanchaban no se llenaban de una nube de polvo y humo... Se encontraban en la zona acomodada de la ciudad, donde vivian familias de la clase alta India, un submundo dentro de la enorme metropolis. El piso en el que se alojaron les parecio digno de un Sultan: amplio, limpio, con comodas duchas de agua caliente...
En el piso vivian varios becarios que trabajaban con Bibiana, la amiga asturiana de Dani. Tambien se encontraban alli, de manera provisional, otros becarios que aun estaban buscando piso. Los barceloneses se vieron de pronto en India rodeados de un nutrido grupo de espanyoles recien llegados. Era como trasladarse de pais. A todas horas se comentaban las impresiones y sorpresas que suscitaba el dia a dia en la India. Se intercalaban las risas con las expresiones de incredulidad, las suposiciones, los planes futuros... Para los barceloneses resultaba muy agradabe poder exresarse fluidamente con alguien (puesto que, a pesar de que se podian expresar correctamente en ingles, el nivel de comodidad conversando era sensiblemente inferior si se hacia en lengua extranjera). Junto a los becarios pasearon por Delhi, visitando algun mercado que no conocian, fueron a algun local nuevo y, sobretodo, disfrutaron de una casa acogedora, toda una novedad para ellos. Durante el fin de semana, decidieron prepararles la cena como muestra de agradecimiento. Dani preparo unas albondigas vegetarianas y una xamfaina, Sonia elaboro unos txapatis (una especie de pan de pita) tal y como habia aprendido a hacerlo en las montanyas, mientras que Asis, uno de los becarios, natural de Madrid, remato el menu con un salmorejo bien fresquito que hizo las delicias de todos los comensales. Aquella mesa, aquella cena, era para los barceloneses una pequenya bocanada mediterrania: el color del tomate, el olor a aceite de oliva...


Al irse a dormir no podian evitar comparar aquel dia con su anterior estancia en Delhi. Realmente era la misma ciudad? Acaso no habia terminos medios?

No hay comentarios: