Autohomenaje

La mayor parte de las fotografias de los tres barceloneses iban destinadas a retratarse a si mismos, en detrimiento de los monumentos y curiosidades del lugar. Al fin y al cabo, las ciudades, los paises, los pueblos... solo son escenarios. El contenido lo da el toque humano.

Los pupilos de Marco Polo...

O tal vez debieran conocerse como seguidores de Alejandro Magno, pues mas que buscar especias, a menudo el alud de extranjeros en India y Nepal roza la invasion, especialmente en enclaves tan turisticos como Lakeside o Thamel (en Nepal) o Goa y Daramsala (en India). Lo que resulta indiscutible es el enorme atractivo que despiertan estas tierras en los viajeros de lejanas tierras, un interes que viene de lejos.

Asfalto artesanal

Pasaban de las 11 de la noche cuando Sonia y Dani regresaban a su hostal desde el concurrido barrio de Thamel. El trayecto acostumbraba a hacerse con cierta celeridad. La oscuridad no invitaba a pasear tranquilamente por las calles desiertas de una ciudad extranya, desconcida. Apenas se percibia sonido alguno. Las aceras estaban pobladas por montones de basura y, de tanto en cuando, se cruzaban con alguno de esos ninyos, cargados con sacos enormes, buscandose la vida entre aquello que el resto de conciudadanos habia desechado. Pero lo que mas pavor causaba a los turistas eran los perros. habia decenas, cientos de ellos. Las peleas caninas eran constantes durante toda la noche. Al pasar por su lado los barceloneses no podian evitar temblar, mientras los pensamientos sobre una posible reaccion repentina del perro recorrian sus mentes. Afortunadamente todo quedo en agoreras paranoias que no llegaron a ocurrir. Otros habitante del Kathmandu nocturno eran las vacas. Verlas les resultaba gracioso, con su caminar pausado, algun mugido que otro... aunque la gracia de la escena se desvanecia cuando se las podia ver pastando en los montones de mugre y desperdicios, comiendo carton, desechos y plasticos. Pensar en los cafes con leche mientras se observa la dieta de las vacas locales borraba toda sonrisa para dejar paso a una expresion desagradable.

La ciudad a oscuras...

Dani y Sonia estaban escribiendo mails, casi finalizandolos, en un cyber cafe de kathmandu cuando, repentinamente, se fue la luz, los ordenadores se apagaron y los barceloneses se quedaron con una expresion estupida en su rostro, mueca entre el cabreo y la decepcion. Sin embargo, la ausencia de luz no les sorprendio. En absoluto. Todos los dias, sin excepcion, se iba la luz, a veces al mediodia, a veces algo mas tarde. Y luego volvia. Siempre a las nueve de la noche. Puntual.
Puesto que no podian proseguir con sus cartas binarias y subir a la habitacion se presentaba como un plan aburrido (sin electricidad no podian conectar altavoces, tampoco disponian de luz para leer...) decidieron ir a tomar un te por Freak Street, cerca de su hostal. Alli se encontraron con la pareja de italianos que habian conocido en la embajada, cuando estaba enfrascados en los tramites para la renovacion del visado. Sentados en una terraza, la pareja apuraba un par de cervezas. Sonia y Dani los saludaron y, a los 5 minutos, ya estaban sentados juntos y conversando con su bebida en la mano, a la luz de un par de velas. Pronto surgio el tema de la luz, con sus idas y sus venidas. El chico italiano, que llevabamas de una decada visitando la region, les explico que el problema era politico. Al parecer, el gobierno nepali tenia firmado un contrato con la vecina India por el que,durante un numero determinado dehoras al dia, le vendian su electricidad. Asi pues, el insaciable apetito energetico del gigante indio, junto con la gestion desafortunada (por no decir corrupta) del gobierno nepali, sumian a las principales ciudades del pais en la mas absoluta oscuridad.

Burocracia asiatica

Resulta comunmente aceptado que cualquier tramite en un pais en vias de desarrollo es siempre mas lento que si este se tramitara en un pais occidental. Asi, los barceloneses tuvieron que personarse en la embajada de la India en Nepal a las 7'30 de la manyana, dos horas antes de que se iniciase el horario de atencion al publico. Al parecer, mucha gente acudia a kathmandu para renovar su visado indio (a dia de hoy sigue resultando un misterio averiguar por que no se puede renovar dentro de India), pero ello no requiere (segun estimaciones e la diplomacia India, claro esta) de un aumento del personal para atender a los turistas.

Welcome to Nepal?

Lo primero que hicieron los turistas mientras se encontraban, literalmente, sobre la linea fornteriza entre Nepal e India, fue dirigirse a la oficina de inmigracion para tramitar sus visados. 25 euros por 15 dias. Se quedaron sorprendidos por semejante tarifa, desproporcionaba si se comparaba con los 50 euros necesarios para costearse un visado de 6 meses de vigencia en la India. Al llegar a Pokhara, meca del trekking, descubrieron que, para practicar dicho deporte, era necesario pagar por un permiso especial. De no disponer del mismo, el excursionista podia ser multado por las autoridades del pais.

Ninyos sin cuentos


Tras haber desayunado por Thamel y recorrido los 20 minutos que separaban el turistico barrio de Durbar Square, centro neuralgico de Kathmandu, los barcelonesesllegaron a las inmediaciones de su hostal. Alli Sonia y Lorena se encapricharon con la musica que sonaba con un volumen elevado desde una tienda de discos. Mientras elegina entre compactos de musica etnica, musica para la meditacion, musica nepali pero algo mas moderna, musica de festivales del pais... Dani bostezaba, aburrido ante la expectativa de pasar un rato en aquel lugar a la espera de que sus amigas fueran capaces de elegir entre cientos de discos sobre los que no tenian la mas absoluta idea y asesoradas solo por su indecision y por un comerciante avido de ventas. En aquellas, aparecio un ninyo, de unos 6 o 7 anyos, en la puerta del establecimiento. Era uno de tantos crios que vivian en las calles de la capital nepalesa, vestidos con harapos, llenos de polvo y suciedad hasta las cejas y decalzos. De esta guisa, que a cualquier europeo le arrancaria cuanto menos un suspiro de tristeza, pena o compasion, se acercaban a menudo a cuanto turista circulara por alli, a menudo apra pedirles dinero. Otras veces iban en grupo y les empujaba mas la curiosidad que la mendicidad.

Kathmandu

Segun cometan algunos lugarenyos (y la lonely planet, sagrada guia que todo lo sabe y para todo tiene respuesta aun antes de que tu mente formule una pregunta), Kathmandu era un lago hace unos milenios. Sin lugar a dudas, ese debio ser el momento mas apacible de la capital nepali. El panorama hoy, lejos de la idilica evocacion en la que dominan las aguas calmadas y cristalinas de un lago, es el de una maranya de calles en las que coches y motos campan a sus anchas.

Ruta nepali

La mayor parte del trayecto entre Pokhara y Kathmandu transcurrio mas cercana al mundo onirico que al real. Una suerte de siesta sempiterna hacia el viaje mas llevadero y, cuando en algun momento los turistas recuperaban la consciencia, contemplaban someramente el paisaje nepali para regresar al poco a sus suenyos. En alguna de estas interrupciones, los ojos somnolientos se abrian de par en par, sobresaltados, al ver vehiculos accidentados en la ruta. En primero que vieron los turistas fue un autocar que habia surfido un choque frontal. El morro del automovil estaba destrozado, sin embargo no habia gente en los alrededores (probablemente habia sucedido hacia ya rato y otro autobus los abria recogida). Al cabo de un buen rato y unos pocos kilometros vieron como unas gruas trataban de izar un autocar que habia caido barranco abajo. Los pelos de los turistas se erizaban, los frenazos que iba dando su propio autobus les provocaban sudor frio, lluvia fria sobre la espalda, ya que la tension era incesante. Asi pues, la mejor opcion era volver a dormirse. Y asi lo hicieron.

Botiguers (tenderos)

La base de nuestro sistema económico actual (entiéndase "nuestro" como concepto global) es el comercio. Los intercambios entre empresas, personas... conforman una red que se expande a lo largo y ancho del globo, perpetuando unas relaciones interpersonales (físicas o jurídicas) que parecen estar presente desde el momento en que el hombre es animal social. El intercambio, el trueque, se intuye, pues, tan antiguo como la vida en comunidad misma y, a pesar de que hoy en día se utilicen divisas, la esencia del comercio sigue siendo la misma. En India, esa propensión al comercio se intuye especialmente intensa. Allá donde fueran los turistas, encontraban tiendas, puestecillos ambulantes o personas cargadas con su mercancía, esperando ansiosamente a la clientela. La mayor parte de las veces, imperaba el marketing más agresivo y los vendedores se lanzaban sin pudor a la caza del futurible cliente.

Relax a la nepalesa

Un lago de dimensiones descomunales, impresionantes montanyas alrededor, bares, tiendas, agencias de viajes, cafes... Pokhara resulto ser un pueblo muy orientado al turismo, especialmente la zona en al que se encontraban los 3 barceloneses: Lake side. Situado relativamente cerca de los Annapurnas, se trataba de un enclave popular entre los amantes del trekking. No era pues de extranyar que, a cada dos pasos que daban, alguien se les acercara ofreciendoles la posibilidad de realizar trekking, rafting, kajak... Ellos trataban de explicar que tan solo estaban alli para pasar unos dias de tranquilidad, y que lo del trekking no les atraia. De poco servia, puesto que a los 5 minutos volvian a tener la misma conversacion. Cuando por fin superaban a los asaltadores de camino, tarjeta de agencia de viajes y deportes de aventura en mano, se sentaban en algun bar o cafe. Alli los trataban con total amabilidad. A veces les daban conversacion: empezaban preguntando de donde eran, despues les interrogaban acerca de su opinion sobre Pokhara y finalmente les preguntaban sobre el trekking... dichoso trekking.

Camino de Pokhara

Las secuelas lumbares tras el trayecto en Autobus local desde Varanasi junto con una noche sobre el colchon poco mullido (por no llamarlo lapida) de aquellas cuadras reformadas (por ser generosos con la adjetivacion) que recibian el nombre de hostal, presionaron a los tres turistas. Esta vez irian en autobus turistico hasta Pokhara, poblado que habian elegido para iniciar su estancia en Nepal. El visado nepali les habia costado nada menos que 20 euros, y tan solo les era valido por 15 dias, por lo que optaron por pasar 5 dias en Pokhara y el resto en Kathmandu.

Varanasi: visto y no visto

En cuanto se apearon del tren, los turistas se encontraron perdidos en la estacion ferroviaria de Varanasi. Algo somnolientos aun, pues aquellas horas matutinas eran demasiado tempranas en comparacion a sus rutinas en Barcelona, salieron de la misma para dirigirse a la estacion de autobuses. Varanasi es una ciudad banyada por el Ganges. Segun dice tiene hasta 80 puertas que dan al rio sagrado, al que ellos llaman Ganga. Quiza por la mitificacion de un simple curso fluvial, quiza por efectos del boca a boca, Varanasi es un destino bastante apreciado por los turistas que lo han visitado y anhelado por los que aun no lo han hecho. Sea como fuere, los 3 barceloneses apenas pasaron 30 minutos en aquella ciudad.

Ferrocarril indio

Todas las dudas sobre como seria el viaje en tren fueron despejandose desde el momento en que los tres amigos llegaron a la estacion de Nueva Delhi. Llegaron a media tarde a aquel lugar que el primer dia tanto habia impactado a Lorena y Dani. Pero, a menudo, cuanto mas familiar resulta un lugar, una situacion, un plato de comida... mas merma su capcidad de impacto. Otra vez estaba llena hasta los topes, la gente se avanzaba a paso lento, en masa, por parillos y escaleras mientras los altavoces anunciaban, tanto en hindi como en un confuso ingles, las proximas salidas. Finalmente, mas guiados por la suerte que por la asimilacion de los avisos, encontraron el anden adecuado. Alli estaba su tren, al que le restaba media hora para que partiese.

Duros a cuatro pesetas

Una vez reunidos Sonia, Lorena y Dani, ya sólo quedaba emprender rumbo hacia Nepal. Dice el refrán que más vale malo conocido que bueno por conocer, así que decidieron volver a la misma agencia que les había vendido los billetes para Daramsala, billetes que, con los nuevos planes, iban a quedar en desuso. Consiguieron, pues, que les devolvieran la mitad de lo que habían pagado, y adquirieron nuevos pasajes, esta vez de tren, hasta Varanasi. Una vez allí, ya tomarían un autobús para llegar hasta la frontera.

El perque de tot plegat...

Cabe remontarse a agosto de 2008 para entender los motivos que condujeron al viaje hacia tierras monzónicas. De hecho, la historia podría venir de antes incluso. Dani había conseguido una beca en Madrid, por la que estuvo viviendo 4 meses en la ciudad del Manzanares. En principio, tras un curso sobre economía y comercio exterior, cabía la posibilidad de que consiguiera una beca para irse un año a un destino extranjero, a saber de entre 15 posibles (cada cual más exotico). Sin embargo, Dani no consiguió la ansiada plaza, por lo que, al llegar el verano, decido ótomarse unos meses de calma y relax.

Delhi de dia

A menudo la luz y la noche se asemejan a ropajes: un mismo lugar vestido de día, ataviado de luz, es completamente distinto cuando se viste de noche. Tras la llegada a Delhi, el amanecer, el mismo que despertaba al viajero, constituía una nueva indumentaria bajo la que aun no había visto a la ciudad. Las calles oscuras e intrigantes de Maj nuka tila (el campamento tibetano) eran un hervidero de vida desde primeras horas de la mañana. El corto trecho que separaba el hostal de la entrada al campamento, aquel que la noche anterior parecía extraído de una película de terror, mostraba un estampa diametralmente opuesta: los puestos comerciales se amontonaban a un lateral, mientras que en la otra banda bares y tiendas se alternaban en el continuo de la calle.

Arrivals

El contraste entre el lujoso avión, con sus televisores ofreciendo programación a la carta y videojuegos, menús diseñados por reconocidos chefs, azafatas pendientes hasta de la respiración del pasaje... contrasta con la escena que acontece al salir del aeropuerto de Nueva Delhi: gente hacinada, durmiendo en la calle, un caos circulatorio impropio para altas horas de la noche y un enjambre de taxistas a la caza del turista. El mismo contraste que siente el cuerpo, tras pasar unas horas en Bruselas, a 10 grados, y aterrizar en la capital india a casi 30. La pituitaria se atolondra. Las últimas briznas de aire antes de abandonar el asiento estaban impregnadas por las partículas del perfume que las azafatas esparcían por la aeronave. El repentino cambio, esa suerte de colonia en la que se entremezclan el hedor de las heces con el humo de los coches, cocinados lentamente por el bochorno de la ciudad, que los acentúa, que les confiere mayor intensidad, invade las fosas nasales. El olfato se rinde, se resgina.