Relax a la nepalesa

Un lago de dimensiones descomunales, impresionantes montanyas alrededor, bares, tiendas, agencias de viajes, cafes... Pokhara resulto ser un pueblo muy orientado al turismo, especialmente la zona en al que se encontraban los 3 barceloneses: Lake side. Situado relativamente cerca de los Annapurnas, se trataba de un enclave popular entre los amantes del trekking. No era pues de extranyar que, a cada dos pasos que daban, alguien se les acercara ofreciendoles la posibilidad de realizar trekking, rafting, kajak... Ellos trataban de explicar que tan solo estaban alli para pasar unos dias de tranquilidad, y que lo del trekking no les atraia. De poco servia, puesto que a los 5 minutos volvian a tener la misma conversacion. Cuando por fin superaban a los asaltadores de camino, tarjeta de agencia de viajes y deportes de aventura en mano, se sentaban en algun bar o cafe. Alli los trataban con total amabilidad. A veces les daban conversacion: empezaban preguntando de donde eran, despues les interrogaban acerca de su opinion sobre Pokhara y finalmente les preguntaban sobre el trekking... dichoso trekking.



Un par de tardes decidieron bajar a la parte central del pueblo, algo alejada del turistico Lakeside. Se trataba de un par de calles bulliciosas y llenas de tiendas a uno y otro lado de la via. La banda sonora de toda ciudad india (claxones, rugir de motores...) tambien estaba presente en este enclave nepali, aunque no de manera tan agobiante como la que habian sufrido en Delhi. Aun asi, la mayor parte del tiempo la pasaban en su refugio, esa isla de tranquilidad a los pies del lago.

Su habitacion cobraba mayor vida durante el dia, cuando penetraba toda la luza del sol a traves de la terraza de la habitacion.

Despues de un par de dias viviendo como en Babia (lease con doble sentido por estar sitos entre montanyas y por mostrarse a su vez ausentes del mundo), decidieron que alguna cosa debian visitar. La primera opcion que les parecio adecuada fue ir a ver el amanecer en el Annapurna. Acordaron con el hombre que, aparentemente, regentaba las guest House, que al dia siguiente les esperaria un taxi, a las 5 de la manyana, para llevarlos hacia un monte desde el que podia apreciarse bien la slaida del sol. Ademas, se ofrecio amablemente a llamar a su puerta a esa hora, para que los 3 turistas no se durmieran. Los barceloneses aceptaron encantados y, durante la noche, imaginaron en sus mentes ver el amanecer, subidos en un montecillo, arrebujados en unas mantas, sentados en el cesped, viendo salir el sol con cara de adormilados... Al dia siguiente, llamaron a su puerta a las 4'20h de la madrugada, lo cual les enfado sobremanera. Hicieron caso omiso al aviso. A las 4'55h insistieron en el aviso y, entonces si, se levantaron y bajaron rapidamente hacia el taxi. Se sorprendieron de que hubiera bastante actividad en la calle para ser solo las 5 de la manyana. Al dia siguiente se darian cuenta de que en realidad tenian sus relojes atrasados 30 minutos, pues los 15 minutos de diferencia horaria entre India y Nepal los habian entendido a la inversa. Cuando llegaron, de su vision bucolica sobre el amanecer quedo solo la expresion de adormilados. En un pequenyo monticulo se hacinaban, aretujados con sus camaras, hordas de chinos, ansiosos ante el esperado momento. Intentaron acomodarse entre el gentio (en que momento se habia esfumado el paradisiaco amanecer que habian sonyado?). Apenas tuvieron tiempo de reaccionar ante la situacion, cuando les sorprendio el griterio de la gente. El sol empezaba a asomar por el Annapurna y los turistas chinos parecian un colegio de secundaria en un concierto de las Spice Girls (cuando estas aun llenaban estadios, claro esta). El amanecer les parecio bonito a los tres barceloneses, pero lo que mas gracia les hizo fue la escena: turistas gritando de emocion, con reacciones mas propias de un serial nyonyo norteamericano (del estilo Seven in Heaven - - Siete en el paraiso) que de personas con un minimo de naturalidad. A pesar del suenyo, lograron reunir la suficiente lucidez como para salir los primeros del lugar y asi evitar el previsible embotellamiento que iba a producirse en al estrecha carretera de montanya que ascendia hacia el poco desconocido palco para ver el amanecer. Esquivando vendedores y tiendas salieron de aquel lugar con un buen balance: primera actividad cumplida, apenas 10 minutos y la manyana aun por delante para poder dormir.

El amanecer les supo a poco, asi que al dia siguiente decidieron un plan un poco mas movido. Despues de su irrenunciable desayuno continental, alquilaron una barca para dar un paseo por el lago. A los pocos metros, bastantes minutos y muchas paladas, alcanzaron un lugar donde varar la embarcacion y tomarse una bebida para reponerse del esfuerzo. Despues de un reconfortante te, iniciaron el ascenso hacia la Pagoda de la paz (un monumento resenyable del lugar que recomendaba su guia de viaje) a traves de un caminillo de piedras que, en poco tiempo se convirtio en una escalera. Peldanyo tras peldanyo, rampa (ascedente) tras rampa, lograron alcanzar la cima. Les quedaban las ganas justas para echar un par de fotos y volver por el mismo camino hacia su embarcacion. Cuando volvieron al bote, remaron durante otro rato hasta llegar al lugar desde el que habian partido. A lo tonto, ya eran las 5 de la tarde! Habian pasado todo el dia entre el remo y el ascenso a la pagoda.

Ya habian descansado unos dias, habian visto el amanecer, habian remado e incluso hecho trekking (si bien no con rigor, el ascenso a la Setupa fue para ellos lo mismo). Ahora era tiempo de dejar Pokhara para descubrir kathmandu. Asi que aquella noche, entre risas y juegos de cartas, se fueron a dormir. A la manyana siguiente se despidieron de su querida habitacion, la cual habian recogido con absoluta celeridad debido a lo avanzado de la hora: se habian quedado dormidos y estaban a punto de perder el autobus a la capital. Por suerte, llegaron con el tiempo justo y continuaron con sus cabezadas en el interior Turistic Bus...






1 comentario:

Anónimo dijo...

hola Dani!Soy Domingo. Me he pegado un empacho de blog nada más enviarme el link (bien es cierto que tengo tiempo de sobras en el trabajo) Me gusta mucho como lo describes,casi que que me puedo hacer una idea fidedigna de lo que estas experimentando. Por ejemplo creo que puedo haber visualizado la cara que le pusiste a los acosadores de las agencias de trekking mientras les decias no, gracias. y la mirada que os cruzasteis tus amigas y tu al ver la reacción de los chinos pastelosos al amanecer.
¡me encanta que mis amigos viajen y hagan blogs! con ellos los que nos quedamos en tierra viajamos un poco y los viajeros vuelven a casa un rato!
No te preocupes por lo de la llamada el dia de antes de irte. Yo estaria el doble de estresado ¡seguro!
es curioso lo que se parecen todos estos paraisos turisticos. al final son como refugios para los occidentales espantados del caos y locura de las ciudades locales.
te escribo un mail con mis ultimos desmanes.
besotones
dom