Kathmandu

Segun cometan algunos lugarenyos (y la lonely planet, sagrada guia que todo lo sabe y para todo tiene respuesta aun antes de que tu mente formule una pregunta), Kathmandu era un lago hace unos milenios. Sin lugar a dudas, ese debio ser el momento mas apacible de la capital nepali. El panorama hoy, lejos de la idilica evocacion en la que dominan las aguas calmadas y cristalinas de un lago, es el de una maranya de calles en las que coches y motos campan a sus anchas.

Si Delhi sorprendio a los turistas por el caos viario qeu albergaba, Kathmandu no se quedo atras. La ciudad nepali era mas pequenya que la capital india, sin embargo, al tener un casco antiguo conformado por calles estrechas y muy frecuentas, la sensacion de agobio que producia el continuo pasar de los vehiculos era mayor. Cada dos pasos, la multitud de gente debia apartarse a uno u otro lado de la calzada si no queria acabar bajo unos pneumaticos. La cosa empeoraba si, por las fatales leyes de la probabilidad y estadistica, coincidian dos coches cruzandose en el mismo lugar por donde alguin caminaba. Ese transehunte debia estar bien atento para no pasar a ser parte de la ornamentacion (mas bien esacasa, por cierto) de la fachada de turno. En el colegio era frecuente enfrentarse a un problema del tipo "si un tren sale de tal sitio a tal hora y otro tren sale de cual otro sitio a cual otra hora... cuando se encontraran?", si el problema fuera entre coches y partiendo de diferentes calles de Kathmandu la respuesta es clara: se encontraran cuando este pasando yo por ese punto.

Otro detalle que sorprendio a los visitantes fueron las calles de la ciudad. Tenian alcantarillado y algunas estaban asfaltadas. Incluso, cerca de la centrica plaza de Durbar square, habia zonas peatonales. Sin lugar a dudas, y a pesar de que las estadisticas aseguran que Nepal es un pais mas pobre que India, aquella ciudad resultaba mas acogedora y preparada para el turismo que lo que habian visto hasta entonces en el pais vecino.

Por sugerencia de dos extranjeros afincados en Pokhara, decidieron buscar una pension en Freak Street, una zona muy centrica que vivio su maximo apogeo en los 60 y 70, pues era muy frecuentada por los hippies. De hecho, muchos de ellos volvian al lugar (con mas canas y arrugas que en sus anyos mozos) y, cuando coincidian con los barceloneses en algun restaurante o bar, les contaban como era aquello unas decadas atras. Camino hacia el norte se llegaba al barrio turistico por excelencia: Thamel. El milimetro de calle estaba sobrecotizado por tiendas que ase arrebujaban unas junto a otras y restaurantes con aire occidental. El numero de pensiones por metro cuadrado era pasmoso y por la calle circulaban tantos turistas como locales. Aquel enclave era caotico, con un trajin continuo de coches, motos, vendedores, guias, cazadores de agencias (dichoso trekking), ninyos pidiendo... Alli iban los barceloneses a las tardes, a tomar unas cervezas para luego volver a su hostal que, a pesar de encontrarse a unos 20 minutos a pie del lugar, les parecia infinitamente mejor por su ubicacion (o lo que es lo mismo: porque habia lugares baratos y menos ruido).

Por toda la ciudad habia templos repartidos, ya fueran budistas o hinduistas. En la guia se apuntaban decenas de ellos, sin embargo, al irlos a visitar, resultaban ser construcciones de muy pequenyo tamanyo, apenas dos o tres metros de altura y una base de unos 4 metros cuadrados (cuando no menos). En la centrica Durbar square si habia un par de templos de dimensiones considerables. Su estructura era escalonada, como lo son las piramides mayas (aunque mucho mas modestas) y mientras por las manyanas albergaban a numerosos mercaderes con sus frutas, hortalizas y telas, por las noches servian de lechos para los ninyos sin hogar que vivian en la calle, y de lugar de reunion para algun grupo de chicos (a menudo turistas) que decidian tomarse una copa en la calle (quiza el inicio del botellon en Nepal...).

Aparte de los templos hinduistas, Kathamandu albergaba dos enormes Stuppas, construccion budista que tiene unos caracteristicos ojos pintados en su fachada y suele estar adornado con los coloristas banderines tibetanos y rodeadon por cilindros metalicos y moviles que tienen inscritos mantras en sus superficies y que la gente hace rodar con la mano al pasar junto a ellos. Una de ellas, tambien conocida como "templo de los monos" (despues descrubririan que habia varios templos de los monos tambien en la India), ofrecia una estupenda panoramica de la ciudad. Les costo cientos de escalones y exprimir sus pulmones al maximo apra alcanzar esa construccion por la que merodeaban libremente decenas de monos, avidos de la comida de los turistas. Pero merecio la pena porque, desde lo alto de aquella colina, podia obserbarse como la ciudad se desparramaba por el valle, como una maranya urbana de entresijos que son calles, de laberintos arquitectonicos... y unos milenios antes, todo aquello era un inmenso lago.

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