Los pupilos de Marco Polo...

O tal vez debieran conocerse como seguidores de Alejandro Magno, pues mas que buscar especias, a menudo el alud de extranjeros en India y Nepal roza la invasion, especialmente en enclaves tan turisticos como Lakeside o Thamel (en Nepal) o Goa y Daramsala (en India). Lo que resulta indiscutible es el enorme atractivo que despiertan estas tierras en los viajeros de lejanas tierras, un interes que viene de lejos.


Uno de los puntos mas interesantes del viaje consistia en conocer a otros turistas. A menudo se encontraban unos con otros y poco tardaban en charlar animadamente, intercambiando sus impresiones sobre el lugar, explicando sus experiencias... estos encuentro resultaban muy utiles porque la experiencia de un turista aportaba informacion nueva al recien llegado. De esta manera, podia disponerse de una fuente de informacion alternativa a la (todopoderosa, omnipresente, que todo lo sabe...) Lonely Planet, y resultaba grato escuchar opiniones negativas y positivas, puesto que para la Lonely (con todos los respetos hacia una guia que resulta imprescindible para viajar por el lugar) todo es maravilloso, agradable y esta lleno de lugares que no puedes perderte...

Por otro lado, conocer a gente a menudo equivalia a tener companyia con quien tomarte una cerveza, dar un paseo, ir a cenar o visitar un monumento. En el caso de Sonia y Dani, un grupillo improvisado les sirvio para amenizar su estancia en Nepal, sobretodo despues de la vuelta de Lorena a Barcelona.

Paseando por Thamel, Sonia se encontro con una cara conocida. Era Johnny, un chico israeli que habia conocido cuando estaba en Tabo desarrollando su proyecto. El chico se mostro alegre por ver a Sonia y en seguida le propuso de quedar. Johnny era un israeli atipico o, cuanto menos, diferente a la mayor parte de israelis que suelen viajar por India. En su pais, tanto hombres como mujeres se ven obligados a prestar el servicio militar, que en el caso de ellos se alarga 3 anyos y en el de las chicas 2. Por estar en el ejercito, reciben una paga y, con ese dinero, muchos deciden viajar y disfrutar de unas largas vacaciones. Gran parte se inclina por India, pais que les resulta barato, donde pueden conseguir alojamiento por pocas rupias, cerveza en cualquier bar y hash economico. Sin embargo, la llegada en masa de tantos turistas procedentes del mismo pais suele desembocar en prejuicios y recelos. Los israelis en India eran recibidos por los locales de manera similar a como se trata a ingleses y alemanes en la costa catalana o en Barcelona ciudad. La imagen que se tiene de ellos, en uno u otro caso, es la de un visitante que solo viene a beber, a emborracharse, que cree que puede hacer lo que le de la gana porque no esta en su pais... En ningun caso es ni tanto ni tan poco. Algo de cierto hay, y de hecho, a Dani y a Sonia la mayor parte de israelitas les transmitian una sensacion de soberbia por la altivez y poca educacion con la que se desenvolvian en el lugar. Sin embargo, Johnny estaba mas interesado en ver el lugar, en disfrutarlo, en vivirlo... que en emborracharse todas las noches y pasarse unos meses fumado en el jardin de alguna guest house.

Asi, ese mismo dia quedaron con Johnny y, de la mano del israeli, conocieron a Juli, una chica austriaca que llevaba varios meses en el lugar y a Zac, un joven ingles de padre indio, y su novia Koreana (de nombre impronunciable y dificil de recordar). La recien formada cuadrilla quedaba por las noches para dar un paseo por Thamel y tomar unas cervezas. Afortunadamente, todos se hospedaban en Freak Street (algo extranyo, puesto que el 90% de los turistas pernoctaba en Thamel) por lo que el camino de vuelta a casa perdia ese aura de peligro e inseguridad que a veces atemorizaba las mentes de los barceloneses. Unos dias mas tarde llego otro amigo de Johnny, tambien de israel y algo mas timido que su compatriota, la misma tarda en que conocieron a Sim, un neozelandes de caracter extraordinariamente afable. Las partidas de cartas se conviertieron en el divertimento colectivo oficial, siendo el Eat Shit (Come mierda o capitalista), juego que empezo a parecerles universal a los barceloneses, pues tanto los israelies como el neozelandes o el ingles, sabian jugar.

Alguna otra tarde, los barceloneses tomaron un te o unas cervezas con al pareja de italianos que habian conocido en la embajada. Se encontraban siempre de manera casual, al cruzarse por la calle o en alguna terraza. Puesto que ningun turista tiene nunca prisa, era facil demorarse un rato, sentarse y charlar.

La vida de los barceloneses era mucho mas amena gracias a la gente que iban conociendo. Aunque con cada persona se intercambiaban las tipicas preguntas y conversaciones, acerca de lugar de procedencia, ciudades visitades, tiempo de estancia en la India, numero de ocasiones de la visita... era grato poder conversar con alguien, tener un plan. Sin embargo, todo tiene su fin.

Curiosamente, todos los turistas, incluidos Dani y Sonia, abandonaron Kathmandu de manera escalonada, durante los mismo dias. Cuando uno llegaba a un lugar, se iba cuando mas o menos consideraba que debia hacerlo. Consistia en dejarse llevar. Los barceloneses ya habian llegado a ese punto en que el cuerpo te pide, te suplica, partir hacia otro lado, cuando al pasear por la calle percibes mas saturacion que novedad, cuando la manyana siguiente se presenta como una repeticion de la anterior... y, aunque resultaba extranyo despedirse de gente a la que se conocia de tan poco tiempo pero a la que se le cogia un carinyo considerable, sabian que de nada servia retrasar el dia de partida. Por otra parte, eran conscientes de que en otras ciudades les ocurriria lo mismo. En cada lugar conocerian a otros turistas, compartirian su tiempo, sus experiencias, y luego se despedirian. Es algo asi como la ley del viajero. Quiza Marco Polo tenia la misma sensacion a medida que avanzaba en sus rutas... Con esta idea, los barceloneses se hicieron con unos billetes de autobus y se dirigieron rumbo a Delhi, en un maratoniano viaje que, segun aseguraba la agencia, iba a durar 36 horas!

Los otros turistas son una parte fundamental de todo viajero que se deja caer por estos contornos. Mucha gente viaja sola, pero durante gran parte de su estancia esta acompanyada, gracias a la actitud abierta y receptiva de los visitantes. Lo mas sorprendente es que, a pesar de las dimensiones mastodonicas de este pais (su extension es considerable, pero sus malas conexiones de transporte lo hacen infinitamente mas vasto), a menudo turistas que se han encontrado en un lugar, vuelven a coincidir en otra ciudad o pueblo.

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